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Los Riegos en la Alpujarra de Granada

El agua se captaba normalmente por presas o norias y se dirigía por acequias hacia balsas o a los campos. Los cultivos son un modelo de adaptación a un medio inhóspito, aprovechan el agua de forma eficaz para regar los diminutos bancales labrados en las laderas.

Los Riegos, Acequias y Balsas en la Alpujarra, un lugar donde disfrutar

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Los Riegos

El agua se captaba normalmente por presas o norias y se dirigía por acequias hacia balsas o a los campos. Los cultivos son un modelo de adaptación a un medio inhóspito, aprovechan el agua de forma eficaz para regar los diminutos bancales labrados en las laderas.

La forma de los riegos no ha cambiado, el sistema general de riego es ingenioso y complicado, el proceso de riego tiene varias etapas. Operación difícil dada la pendiente de las tierras y la regulación precisa de la cantidad de agua que necesita cada cultivo. Los labradores son conscientes de su importancia y dificultad y suelen decir “saber regar es una carrera”, la prueba de un buen riego es que el agua sobrante, después de haber regado, salga tan limpia que se pueda beber; para lo cual se necesita que el agua vaya “riyendillo” o “cantandillo”, a su paso.

La imagen del alpujarreño que en su tiempo libre (lo que ellos llaman ratos perdíos) se dedica a cultivar los bancales familiares es tan bucólica como real y necesaria para la conformación del paisaje. No menos del 50% de las familias implantadas en la Alpujarra tienen en la agricultura su dedicación principal, mientras que más de otro 25% la tienen como un complemento para la formación de sus rentas familiares. Son actividades que, dada su informalidad; son difíciles de cuantificar a efectos oficiales, pero que sin ellas sería prácticamente imposible la subsistencia.

Especial interés merece el sistema de riegos con que cuenta la comarca desde hace siglos, una vejez que en muchos casos los ha convertido en obsoletos e inoperativos, sobre todo en la parte granadina donde existen acequias con más de cinco siglos.

La dificultad orográfica han llevado a la instrucción de poca maquinaria para su roturación, 10 que ha permitido continuar en buena parte con los animales de labranza y una producción orientada al autoconsumo.

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