En la Alpujarra alta granadina, en pleno Parque Natural y Nacional en la cara sur de Sierra Nevada, existe un pequeño pueblo donde en las noches de luna llena vuelan escobas. Por sus calles deambulan gatos negros, sus cuevas encierran hechizos secretos e incluso hay casas de caramelo donde malvadas brujas engañan a los niños con dulces para cebarlos antes de echarlos a la olla. ¿Realidad o ficción? La respuesta está a una hora y 40 minutos de Málaga capital. En Soportújar, para más señas. Perderse por sus singulares rincones cargados de historias y leyendas es un buen plan para cualquier fin de semana. Un destino rural andaluz de moda que los sábados y domingos se llena de turistas ávidos de sitios pintorescos y diferentes.
Soportújar significa «lugar de soportales» y debe su nombre a los típicos pasadizos callejeros conocidos como tinaos que dominan la arquitectura y estampa urbana de este pequeño municipio granadino. De su historia destaca el importante papel jugado durante la Revolución de las Alpujarras, que finalizó con la expulsión morisca del territorio, allá por los tiempos de Felipe II. Esta circunstancia hizo que el pueblo tuviese que repoblarse con nuevos habitantes, en su mayoría familias gallegas. Y de allí, precisamente, le viene la conexión con el mundo de la brujería que la localidad ha sabido explotar turísticamente en los últimos años para competir con municipios vecinos de gran tirón como Pampaneira, Bubión o Capileira .
Se dice que al instalarse en la aldea dichos colonos del norte trajeron sus costumbres y leyendas paganas que hablaban de meigas, aquelarres o rituales en noches oscuras, despertando el recelo de sus vecinos, que no tardaron en llamar ‘brujos’ a los habitantes de Soportújar. Todo un reclamo que el pueblo ha aprovechado para crear una ruta temática por sus calles que bien merece una visita.
¿Te apetece conocer este pueblo en vísperas de Halloween?
Reserva este fin de semana en www.benarum.com y vive una nueva experiencia este Halloween.